Apuntes de una novela futura

Llegué a un punto donde mi necesidad de encontrar una solución fue reemplazada por la poesía de mi continuo fracaso. Charles Simic.

lunes, agosto 09, 2004

Pos-it (del cuaderno verde) :
He decidido desenterrar de mis archivos un poema del año pasado. Ante la escasa producción actual, bueno, ante la disperción de ésta (escrita en un cuaderno verde, uno azul y una palm), decido traer acá, al cuaderno negro, este meopa.

Ojalá me nombraras con nombres diferentes.
Yo no conozco nada sino vos,
conmigo en vos, que no conozco.

Juan Gelman.


I

¿Dónde están dispuestos tu brazos
para mí,
dónde la cadena de anécdotas/
de nimias cosas/ que
me llevan constantemente a pensar en ti,
dónde la tranquilidad de mi estancia en la tierra?

II

Perdido entre el humo de viejos recuerdos
está mi pasado,
un pasado que es
todo lo ocurrido antes
del conocimiento de tu existencia.

Eres el pequeño Big Bang
de mi estancia en la tierra.

III

“Bajo tus dominios el tiempo es una inmensa y lenta diáspora”,
he dicho mientras el tiempo
se transformaba
en mis propias manos
en un pájaro azul mimetizándose con el cielo
mientras remontaba las alturas
dejando una estela de algo así como tu ausencia.

IV

La herida de tu ausencia y la luz intensa de tu presencia conviven diariamente en mí como un par de pajaritos en su jaula. Comen del pan de mi esperanza y se ponen a cantar cuando llega su ama. Es difícil verles juntos, desde esta lejanía de ser su dueño y no convencerles de que canten para mi soledad. Los necios sólo quieren mi pan y mi agua. Cantan cuando te tienen a ti, su ama, enfrente.

V

Deslinde: no te necesito para escribir lo que escribo; te necesito para vivir lo que escribo. Te quiero ahí en el eterno deseo de necesitarte.

VI

Preferible morir de hambre a comer de los panes de la desesperanza, de la normalidad. Preferible la intoxicación del aire puro/ ese baile de la sangre por todo mi cuerpo oxigenando cada átomo de él/ preferible eso a la mentira de la cercanía de un cuerpo denso pero inasible. Quiero decir que es preferible morirme de hambre que comer del pan de tu cuerpo dado por compasión, esa manera púdica de la lástima.

VII

Comienzo de nuevo donde
“están dispuestos tus brazos para mi”,
que es ahí en cada piedra del camino,
ahí en cada rincón de luz que guarda la ciudad.

Comienzo en cada límite,
termino en ninguna parte,
comienzo por ejemplo
ahí en ese cristal donde
se unen cielo sol y nubes,
en ese cristal donde te invento para completar el cuadro:
cielo de tu pelo sol de tus ojos nubes de tu mente.

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