Apuntes de una novela futura

Llegué a un punto donde mi necesidad de encontrar una solución fue reemplazada por la poesía de mi continuo fracaso. Charles Simic.

miércoles, junio 09, 2004

Telegrama (desde un artefacto Tàpies II) :

1

Hay cosas de Tàpies que me son lejanas. Como los ensayos sesudos sobre sus obras, las teorías sobre su arte, los debates sobre su "lugar" en el arte moderno. Que sí es un cacique cultural, que si un anciano que se repite a si mismo en sus días de gloria. Que si ya caducó, que si es mejor o peor que Juan Gris, que el Equipo Crisis. Todo eso de Antoni Tàpies me queda lejos, muy lejos.

2

En cambio lo más cercano para mí, es la sensación de estar movíendome a través de un mapa, con el simple hecho de estar frente a cualquiera de sus obras. Y he dicho de un mapa, y no de un paisaje o del probable territorio al que ese mapa alude. Porque ese mapa que se proyecta en mi, por el efecto de las obras de Tàpies, es un mapa que alude al territorio interior y vital de mis aspiraciones filosóficas.

Lo que Tàpies convierte en obras de arte, lo convierte también en lugares y señales. Y así por ejemplo, unos zapatos y una maletín rodeados de grafismos se convierten no en metáforas de un viaje, sino en el viaje en si mismo. Las distancias recorridas (por los zapatos), las estancias, las partidas y las llegadas protagonizadas por la maleta se unen al itinerario marcado por esas dos únicas palabras "Amic i Amac", que se posan en el interior del maletín como un residuo dejado, incluso, como al descuido. "Amic i Amac" que se traducirían como "Amistoso y Afable", son así el único conjunto que podría calificar la comunidad de este maletín viajero. Y uno no puede sino preguntarse si no fue el ánimo lúdico de Antoni el que le orilló a poner esas dos palabras como nombres de los zapatos.

3

Lo mío con Antoni Tàpies pasa por el amor a la sencillez convertida en norma de construcción para artefactos complejos. Los trazos del catalán definen una poética que hace con lo simple un campo de interpretaciones bastas, a través de la edificación de un campo visual propuesto como una red dinámica de símbolos. Las cruces de todo orden, las "T's" pintadas con minuciosidad en tonos y colores oscuros, así como la abundacia de trazos imitativos de una escritura, abundan en su obra y en todo tipo de superficies. Un ejemplo claro de esto es la escultura "Cadira i Nubol" ("Silla y nube") que se posa encima de la casa que alberga la Fundació Tàpies. Ésta escultura está formada por una nube de cables que asemejan el trazo de grafito hecho en el papel, la silla que podría ser el objeto "sólido" de la composición también está hecho del mismo material y con el mismo trazo, permitiendo que toda la escultura adquiera esa cualidad de "escritura gráfica".



"Cadira i nubol" sobre la sede de la Fundació Tàpies.

Continuará...

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