Apuntes de una novela futura

Llegué a un punto donde mi necesidad de encontrar una solución fue reemplazada por la poesía de mi continuo fracaso. Charles Simic.

martes, junio 29, 2004

Instantanea (desde la lucha contra el "Yo"):

Punk. Uno. Yo Punk, ¿y tu?

Llegué al Punk después de un rechazo inicial. De acuerdo siempre a mi heterodoxia para con todo, vengo asumiendo poco a poco, aquellos puntos del Punk, que me son cercanos, o hasta indispensables. Uno de ellos es el de la Estética del rechazo técnica cultivada por James Reid autor del arte y diseño de Sex Pistols. Y quien, de acuerdo a la página punksunidos.com.ar, “utilizó letras recortadas para fabricar títulos al estilo «carta de extorsionista», collage e imágenes fotocopiadas para reforzar el mensaje rupturista que nace en oposición a las reglas que rigen el vestir de la sociedad correctamente alineada con ciertas ideas políticas, concepciones filosóficas y religiosas de la vida". (Punksunidos)

Y he aquí como se van hilando ideas. James Reid formó parte del grupo o tendencia llamada los Letristas del cual también formó parte Guy Debord, padre del Situacionismo.

Pero estábamos en el Punk. Por ahí dicen que punk sin anarquía no es punk. Y sí…

Sin la libertad de decidir el canal de expresión, sin la reinvención en el vestir, sin esa hambre de transgresión de categorías, el punk no es nada. Desde el principio supuse que esto era lo que me acercaba y me ponía en sintonía con el ser Punk. En una era donde la ideología está desechada como la formadora del ser-político, uno llega al ejercicio de la ciudadanía atrofiado por propaganda que hace pensar que los únicos encargados de hacer política (es decir de procurar la polis) son los llamados “Políticos”, esa gente que hace carrera en el, eufemísticamente llamado, Servicio Público. Porque para mi, más que proponer la pelea contra el sistema como un tópico o tema, el Punk lo propone como su método político. Por otra parte, una de las bases de la estética Punk es el collage (que le acerca a la patafísica, en tanto ésta es collage científico y filosófico). El collage y la fotocopia formaron parte importante en la primera eclosión Punk allá por la segunda década de los setenta. Y éste es otro de los fundamentos del Punk que me es cercano: El uso de las nuevas tecnologías como alternativa de difusión, ante el acaparamiento de los medios tradicionales de comunicación.

El Punk, hay que decirlo, nació en un contexto muy específico, el de la Inglaterra del primer tachterismo. La época del primer gobierno de la llamada “Dama de Hierro” era así: “La industria cultural había generado un cúmulo de grandes escenarios, donde mega estrellas pop llenas de luces, vestuario y contratos millonarios con las grandes discográficas, simbolizaban la realidad de un estilo de vida que no identificaba a muchos jóvenes que se sentían día a día cada vez más marginados por el sistema. Londres fue el epicentro, la crisis del petróleo sumada a otros factores, habían traído como resultado una importante desocupación, crecimiento de los barrios pobres, falta de respuestas y la perspectiva de un horizonte negro a aquellos sueños de realización que habían sido la meta de las generaciones anteriores, Inglaterra comenzaba una guerra contra Argentina por las islas Malvinas”. (Punksunidos)

¿Suena al México de hoy? A excepción de la guerra contra un país más débil, creo que mucho. ¿Pero porqué el Punk se extendió tanto?. Supongo que tiene que ver con el hecho de que su espíritu cuestiona puntos claves de alcance mundial. Tales como la vida bajo un régimen político corrupto y mentiroso, manipulación de los medios de comunicación, crecimiento de la pobreza, desigualdad de los recursos económicos y agotamiento de las instituciones sociales (familia, religión, estado, etc).

Por lo que hasta ahora he escrito me doy cuenta –no sin horror- que la cultura dominante del país (la de la clase media, antes burguesía) ha venido engullendo la estética Punk convirtiéndola en moda aceptable. Un ejemplo son las camisas de malla que tanto usan las chavitas que pululan en las plazas comerciales tales como Galerías o Pabellón o La Gran Plaza. O como las playeras rasgadas de Diesel, con los grafismo y eso. O la línea “Hooligan” de Furor, que pretende domesticar el espíritu rebelde y autodestructivo de ese derivado violento e irracional del Punk que fueron, y son, esos “Hinchas” pérfidos. El punk, y el Punk (el individuo y el movimiento) sin embargo se transforman. La vestimenta del Punk sigue transgrediendo normas y al hacerlo las cuestiona e interroga. Ya no sólo es Punk aquel de los picos parados en el pelo, el arete en la nariz y cadenas, lo es todo aquel que juega con las normas que cada grupo social considera “aceptables”. Como lo dicen los Wu-Ming en ‘El Estilo como arte marcial’: “Cada uno de nosotros debe encontrar un límite que no sea la censura o el super-ego paterno. Sin límites no se puede destacar, producir diferencias y desvíos respecto de la norma. Sin límites lo único que se puede es retroceder. Hace falta darse reglas para poder forzarlas. Autodisciplina. Control. Como el control de los golpes en las artes marciales. No es casualidad que Bruce Lee haya sido uno de los hombres más elegantes de este siglo. Afinar el estilo es a todos los efectos un arte marcial. El estilo es resistencia cultural y simbólica, una especie de "zapatismo mental". A través del cuidado de los detalles, se expresa la conciencia de dignidad, que no hay que confundir nunca con el "decoro" burgués. La dignidad se conquista luchando, escogiendo. El "decoro" consiste en no escoger nunca”.

Debo decir, como bien apuntan en otra parte del texto los Wu-Ming, que el punk y el rebelde en general, actúa en consecuencia a las reglas propias impuestas por el grupo al que pertenece. O como dice Aaron T. Beck en “Prisioneros del odio” (Paidós, 2003): “…el inconforme sabe que esa organización no es algo establecido de una vez y para siempre. Se trata de un producto de los seres humanos que debe de ser reproducido cotidianamente en sus creencias, valores y acciones para que subsista” (Citado del artículo “Me rebelo, Luego existo” de Iván Carrillo/ Revista Quo # 79 Mayo 2004).

O como dijo Albert Camus en El hombre rebelde: “Me rebelo, luego existo; ¿pero qué se rebela en mí y contra qué?”.

Próximas entregas:
Punk. Dos. Fanzines y la estética del reciclaje.
Punk. Tres. Folletín, Reproducción y reescritura.

No hay comentarios.: