Pos-it (recolectando memorias) :

Imagenes que vienen con llamadas telefónicas.

Mientras hablo con P. acerca de cualquier cosa por teléfono, veo la puerta de mi cuarto, plagada de imagenes, de fotos de viajes o de imagenes, o de mails de A., o de la caricatura que hice de Roberto Bolaño, o de la foto que el gran fotógrafo Farid Salomé me regaló, del flyer del concierto de Cerati al que fui... de la foto de Rulfo.. pero también de una foto mía, o mejor dicho, de mí. No soy de los que tiene fotos de si mismo en todos lados, más bien soy de los que evitan eso. Pero esta foto si la quise conservar. Estoy de pie frente a un obelisco en una plaza de Guanajuato, Guanajuato. Fue hace ya casi un año, y aun tenía mi cabello largo. Sonrío, veo al cielo con gesto fingidamente divertido... fue tomada en una de las peores épocas de mi vida.

P. me explica su día de compras. Poco a poco, como en un programa especial de Discovery Channel, me entero de las peripecias de la compra de una blusa. Luego entonces comienzo a recordar momentos que acontecieron tan sólo hace unas horas. Me detengo en las sensaciones de las que fui receptor (imposible dentenerse en las sensaciones de las que fui emisor) y respiro cada vez más hondo. Eso, la respiración, también alienta los recuerdos. Y cada vez que recuerdo en específico una sensación, cierro los ojos y el mundo se detiene.

El Fantasma de Guanajuato (O como hincarse en los túneles de Gto sin morir en el intento).

Leo en Babab, una entrevista con Chavela Vargas. Recuerdo el viaje a Guanajuato. Quería morirme. Y sin embargo sobreviví. Muchas sensaciones nuevas, sensaciones no-placenteras que sin embargo son necesarias. Sensaciones tristes, culeras, indeseables que sin embargo son parte del registro del que somos capaces. La sensación de alegre embrutecimiento al salir de "El Incendio", una cantina donde platiqué con Joe, un ex-brasero devenido a cantante callejero, donde hablé en fluido inglés con una pareja de gringos homosexuales y conversé con el cantinero sobre el flujo turístico en época de Cervantino. "El Incendio", lugar donde canté "Ojalá que te vaya bonito" y "Botas de charro"... Lugar de excesos y de accesos a cosas inesperadas. Inesperadas como la rueda de prensa-lección de pirópos que dio Chavela Vargas, como el excelente Mimo de la plaza, como la ubicuidad de un vendedor de empanadas "Exageradamente argentinas", inesperadas como el baile de la arrebatadora Sara Baras (¡¡Rrrreiiina!!).

Leo la entrevista con Chavela Vargas y recuerdo Guanajuato, porque Chavela y ese viaje están intimamente ligados. Porque como digo D.: ¿Te imaginas una peda con Chavela, El mimo y Sara (Baras)?

Yo tomé como nunca en Guanajuato. Me hinqué en un túnel y me quedé a la mitad del paso de los carros, hasta que mi amigo me quitó. Pendejadas que hace uno.

(Este Post, apesta)

Hace rato que colgué el teléfono, P. está un poco más tranquila y su risa me reconforta. Sigo pensando en la noche de anoche. Respiro. La fiesta de "Thea, Coffee & Tobacco" en casa de El Arquitecto fue un modesto exito, cuatro personas, pero bonches de buena música, un frío especial, y la contemplación del papíro mecido por el viento. El trayecto a casa, lleno de pasajes... el contemplar el sueño tranquilo de quien se sabe querido... la exploración... la respiración... la humedad y el frio... la humedad y el frio... la humedad y el frio...

Cuestiones (IN)materiales.

Poco a poco me vuelvo un extraño en mi vida. Mi vida cada vez desasociada de mi espíritu. Logro rescatar algunas cosas... la escritura está pasando por su mayor prueba. Pero el sábado al llegar a casa, me topo con "La primera noche de quietud", película de la que ya había hablado. Pero que regresa para indicarme que a veces los caminos...... "no son como yo esperaba, no son como yo creía".... (¡¡Cuuuuumbia!!).

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Islas.

Pd. Tal vez esté fuera de servicio algunos días, debido a la falta de pago de mi servicio de Internet.