Apuntes de una novela futura

Llegué a un punto donde mi necesidad de encontrar una solución fue reemplazada por la poesía de mi continuo fracaso. Charles Simic.

viernes, octubre 17, 2014

Recuerdo ahora, y lo hago porque me obligo, como solía contar historias a mis compañeros en la primaria durante el receso. Fue antes de que me interesara participar en las cascaritas de fútbol, antes de querer competir (para siempre perder) en las partidas de chiras-pelas... solía entonces contar variantes de las conocidas historias de monstruos como Frankstein, Drácula o Swampthing.
Todo gracias a la voz de una maestra de inglés que nos leía en inglés, el Drácula de Bram Stoker. Para mí ella siempre fue el rostro de Mina Harker, y eso fue años antes de que Francis Ford Coppola pensara que Wynona Ryder debería ser, con toda su palidez, la angelical encarnación de una mujer que demostraba que todas son divinas e infernales al mismo tiempo.
Creo entonces que siempre me interesó contar historias, alterar las ya existentes y divertirme con ello. Creo entonces también que nunca he sido original... porque también solía jugar con mi hermana Michelle a elaborar intrincadas historias. Ella ponía a las barbies, y yo a mis G.I. Joe... o mis Batman's... (siempre lo preferí sobre Superman).
Si llegara a publicar algo que no sea este blog (y los muchos que he abandonado en el camino), creo que podría decir que estas anécdotas hacían ver que yo lo que quería era crear historias para convivir con la gente, para no aburrirme tanto solo.

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