Apuntes de una novela futura

Llegué a un punto donde mi necesidad de encontrar una solución fue reemplazada por la poesía de mi continuo fracaso. Charles Simic.

jueves, febrero 26, 2004

Instantanea:

Caminando por la calle Colón, de Guadalajara, con rumbo al Café Madrid...

Morelli nos cuenta a Güell i Pla y a mí la historia de una comuna un tanto rara, aunque "nivelada en su rareza con las demás comunas, incluso la de París"... en ésta comuna viven veintídos personas, en tres familias. Su finca se encuentra en las pampas argentinas. Para llegar a ella, dice Morelli, hay que cruzar varios ríos, o varios brazos del mismo río, no recuerda bien. Él conoció ésta comuna por un amigo argentino suyo. un tal Severino Camposanto.

Morelli hace una pausa en el relato: "Ese no era su nombre real, se hizo llamar así por Soren Kierkegaard, que era su filósofo favorito. Y cómo sabrán en español ese sería su nombre, 'Severino Camposanto'.... varias veces discutí con él su filiación por el más mentiroso de los filósofos, pero me ganó todo debate cuando discutíamos rumbo a la comuna con un cargamento de víveres. Me dijo: 'Morelli, a tí se te olvida que en danés, la palabra poeta es el equivalente para escritor y filósofo.
El danés no distinguen entre el fabulador y el filósofo. Y Kierkegaard así lo defendió desde el principio. Tanto en su periódicos satíricos, como en sus críticas al catolicismo'. Yo no volví a discutirle tal punto".

En contar la historia de la comuna, Morelli ocupó toda la noche. Tan ensimismado estaba en contarnosla que no me notó mientras yo anotaba algunas cosas. Entre lo más claro que me quedó fue el nombre de la finca que ocupaba la comuna: "Estero Epicureo". Y lo que el letrero de bienvenida decía "Vana è la parola del filosofo se non allevia qualche sofferenza umana".

continuará...

Islas.

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