El Cuaderno de los días
Apuntes de una novela futura
Llegué a un punto donde mi necesidad de encontrar una solución fue reemplazada por la poesía de mi continuo fracaso. Charles Simic.
sábado, febrero 23, 2019
Camille Saint-Saëns - La danse macabre
Regálense una danza macabra, a medianoche, a plena luz del día...
viernes, octubre 17, 2014
Recuerdo ahora, y lo hago porque me obligo, como solía contar historias a mis compañeros en la primaria durante el receso. Fue antes de que me interesara participar en las cascaritas de fútbol, antes de querer competir (para siempre perder) en las partidas de chiras-pelas... solía entonces contar variantes de las conocidas historias de monstruos como Frankstein, Drácula o Swampthing.
Todo gracias a la voz de una maestra que nos leía en inglés, el Drácula de Bram Stoker. Para mí ella siempre fue el rostro de Mina Harker, y eso fue años antes de que Francis Ford Coppola pensara que Wynona Ryder debería ser, con toda su palidez, la angelical encarnación de una mujer que demostraba que todas son divinas e infernales al mismo tiempo.
Creo entonces que siempre me interesó contar historias, alterar las ya existentes y divertirme con ello. Creo entonces también que nunca he sido original... porque también solía jugar con mi hermana Michelle a elaborar intrincadas historias. Ella ponía a las barbies, y yo a mis G.I. Joe... o mis Batman's... (siempre lo preferí sobre Superman).
Si llegara a publicar algo que no sea este blog (y los muchos que he abandonado en el camino), creo que podría decir que estas anécdotas hacían ver que yo lo que quería era crear historias para convivir con la gente, para no aburrirme tanto solo.
Todo gracias a la voz de una maestra que nos leía en inglés, el Drácula de Bram Stoker. Para mí ella siempre fue el rostro de Mina Harker, y eso fue años antes de que Francis Ford Coppola pensara que Wynona Ryder debería ser, con toda su palidez, la angelical encarnación de una mujer que demostraba que todas son divinas e infernales al mismo tiempo.
Creo entonces que siempre me interesó contar historias, alterar las ya existentes y divertirme con ello. Creo entonces también que nunca he sido original... porque también solía jugar con mi hermana Michelle a elaborar intrincadas historias. Ella ponía a las barbies, y yo a mis G.I. Joe... o mis Batman's... (siempre lo preferí sobre Superman).
Si llegara a publicar algo que no sea este blog (y los muchos que he abandonado en el camino), creo que podría decir que estas anécdotas hacían ver que yo lo que quería era crear historias para convivir con la gente, para no aburrirme tanto solo.
jueves, noviembre 11, 2010
Últimamente disfruto más aquello que vivo como algo ajeno a mí. Como si lo observara, pero al mismo tiempo, pudiera involucrarme con ello a un nivel donde pueda permitirme seguir soñando sin entrar por completo a la realidad para disfrutarla. Sólo a veces el odio, ese irracional que crece cuando es instintivo y se le deja suelto, es capaz de regresarme por completo a la vida sin sofismas. A la vida lejos de sus labios. Pero mientras yo sea capaz de ser el único responsable por el espacio entre nosotros, haré cualquier sacrificio (simbólico, personal o humano) necesario para mantener esa boca que amo tanto, lo más cerca de mí.
lunes, octubre 18, 2010
Con el sonido de una guitarra tocando la leve noche de Puerto Vallarta... unas claves marcando el compás... me imagino de nuevo tus labios. Tus aretes de rojo coral... tus bragas color turquesa... tu nuca bellísima y tu boca llamandome de nuevo por ese nombre que sólo tú sabes pronunciar correctamente... no logro ocultarlo. Siempre, siempre serás tú... P.
miércoles, octubre 13, 2010
Pos-it (de regreso) :
Tantos años resumidos en dos vueltas al calendario, tantos deseos, tantas realidades que fueron y otras tantas que se quedarán para siempre en el tintero... eso me dejaron los dos años que dejé de escribir en esta bitácora electrónica.
Logré finamente escribir en una libreta de pulpa y pasta, una normalita, con cierta regularidad. Me volví a enamorar de la mujer de mi vida, me casé y tuve una hija. Y nada ocurrió en ese orden, ni en esa jerarquía. Ahora que estoy en un momento francamente expansivo, me atrevo a regresar, a hablar en voz alta y serenar los instintos.
Espero que en esta ocasión pueda compartir cosas más útiles, espero también que esto se convierta en lo que siempre quiso ser. En una manera de continuar con la enfermedad de la escritura, pero ahora sí, liberada de la angustia existencial del artista que se quiere eternamente adolescente, del fracasado que se regodea con su miseria y sueña con la mujer ajena.
Ya no va más, ni la mujer ajena ni el vértigo del fracaso me gustaron demasiado antes. Ahora, ahora tengo lo que se necesita... veamos si es cierto...
Tantos años resumidos en dos vueltas al calendario, tantos deseos, tantas realidades que fueron y otras tantas que se quedarán para siempre en el tintero... eso me dejaron los dos años que dejé de escribir en esta bitácora electrónica.
Logré finamente escribir en una libreta de pulpa y pasta, una normalita, con cierta regularidad. Me volví a enamorar de la mujer de mi vida, me casé y tuve una hija. Y nada ocurrió en ese orden, ni en esa jerarquía. Ahora que estoy en un momento francamente expansivo, me atrevo a regresar, a hablar en voz alta y serenar los instintos.
Espero que en esta ocasión pueda compartir cosas más útiles, espero también que esto se convierta en lo que siempre quiso ser. En una manera de continuar con la enfermedad de la escritura, pero ahora sí, liberada de la angustia existencial del artista que se quiere eternamente adolescente, del fracasado que se regodea con su miseria y sueña con la mujer ajena.
Ya no va más, ni la mujer ajena ni el vértigo del fracaso me gustaron demasiado antes. Ahora, ahora tengo lo que se necesita... veamos si es cierto...
domingo, abril 20, 2008
miércoles, marzo 19, 2008
Pos-it: Un lector de Roberto Bolaño.
Todo es acerca del escape. Todo. Es sobre salir de algún punto de la geografía emocional y viajar a través de ella sin mapa ni itinerario. Es acerca de escoger siempre a ciegas y acertadamente a la chica equivocada. Escuchar al Bob Dylan más secreto y difícil, como si se estuviera a algunos grados bajo cero y el trago ideal fuera un bourbon. Aunque nuestras ciudades nos conviertan en unos aviesos por recorrer escenarios tropicales escuchando una voz que siempre sonará extraña ante el exterior agresivamente colorido y estridente.
Sin embargo, un lector de Bolaño sabría que escuchar a Bob Dylan mientras se viaja con la ventanilla abierta de un carro (que atraviesa carreteras selváticas) es lo más salvaje que un tipo sin mapas sentimentales puede hacer. Aquí donde “sin mapas sentimentales” significa llorar como un niño justo un minuto después de haber fornicado como presidiario, dormir como bebé después de haber violentado como el gamberro más idiota a la mujer querida.
Leer a Bolaño mientras se descansan las heridas de una batalla tan callejera como imaginada. Los rasguños de la realidad entrando como pequeños ganchos para carne en forma de llamadas telefónicas y ropa ordenada en una maleta.
Entender porque:
Todo es acerca del escape. Todo. Es sobre salir de algún punto de la geografía emocional y viajar a través de ella sin mapa ni itinerario. Es acerca de escoger siempre a ciegas y acertadamente a la chica equivocada. Escuchar al Bob Dylan más secreto y difícil, como si se estuviera a algunos grados bajo cero y el trago ideal fuera un bourbon. Aunque nuestras ciudades nos conviertan en unos aviesos por recorrer escenarios tropicales escuchando una voz que siempre sonará extraña ante el exterior agresivamente colorido y estridente.
Sin embargo, un lector de Bolaño sabría que escuchar a Bob Dylan mientras se viaja con la ventanilla abierta de un carro (que atraviesa carreteras selváticas) es lo más salvaje que un tipo sin mapas sentimentales puede hacer. Aquí donde “sin mapas sentimentales” significa llorar como un niño justo un minuto después de haber fornicado como presidiario, dormir como bebé después de haber violentado como el gamberro más idiota a la mujer querida.
Leer a Bolaño mientras se descansan las heridas de una batalla tan callejera como imaginada. Los rasguños de la realidad entrando como pequeños ganchos para carne en forma de llamadas telefónicas y ropa ordenada en una maleta.
Entender porque:
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